Whisky Halloween: Whiskies del más allá
Breves
crónicas de Uisge
beatha
Por
Javier Ramírez Gómez
10/31/2024
Whisky Halloween: Whiskies del más allá
Está crónica es fruto de una ingeniosa sugerencia de
mi hija; así que, a tono con el día de hoy, les compartiré unos breves relatos sobrenaturales
ligados al whisky escocés. Espectros, fantasmas y leyendas del otro mundo harán
parte de esta peculiar crónica que quizás pueda infundirles algo de terror, y
si ese llega a ser el caso, mi consejo es que pasen el susto y adquieran valor,
de la mejor manera posible: ¡con un buen trago de whisky!
Se dice que el Halloween actual se origina del antiguo
festival celta de Samhain, que marca la transición del otoño al invierno. Para
los Celtas, como en la festividad mexicana del 2 de noviembre, se creía que la
frontera entre los mundos de los vivos y los muertos se volvía borrosa y las
almas de los muertos volvían a visitar sus hogares. De allí que los relatos de
seres que traspasan las fronteras entre un mundo y otro hagan parte de la tradición
oral no solo de Escocia sino de muchos otros pueblos alrededor del mundo.
Entra en escena la primera historia de la noche. En las profundidades
de las Highlands escocesas encontramos a la destilería Tomatin revestida de un
aura de leyenda, al ser custodiada por un ser del más allá, se trata del Cù
Bòcan (se pronuncia coo buh-can) un perro espectral, una aterradora bestia
negra fantasmal de grandes dientes que ronda los parajes salvajes, remotos,
solitarios y de páramo alto en medio de los cuales está ubicada la destilería.
El Cù Bòcan ha infundido terror entre los aldeanos desde hace varios siglos e
incluso hay cuentos de trabajadores de Tomatin que afirman no solo haberlo
visto sino haber sido perseguidos por su espectral presencia.
Lo cierto es que la Destilería se inspiró en esta ancestral
leyenda sobrenatural para producir a partir de 2013 una nueva expresión de
single malt, llamada precisamente: Cù Bòcan, un whisky ligeramente ahumado
(15ppm – partes por millón de fenol), añejado en una combinación de barriles de
roble de Virginia, Bourbon y Jerez, sin filtrado en frío, sin colorantes
artificiales, a 46% ABV y sin declaración de edad (NAS). No he tenido aún el
placer de probarlo, sin embargo, las notas de cata que nos ofrece la destilería
nos indican, en nariz, notas de coco y crema con toques de perejil y cilantro;
en paladar, es suave con notas de humo y miel, toques de clavo, canela y anís;
final largo con un toque dulce de humo ¡Interesante!
La segunda historia está dedicada a Glenrothes, quizás la
destilería más “embrujada” de Escocia y cobijada por un sino trágico desde su
fundación. La noche del 28 de diciembre de 1879 es recordada por haber surgido
la primera gota de alcohol de los alambiques de Glenrothes y también por haber
ocurrido una terrible tragedia ferroviaria; esa noche, una implacable tormenta
arrasó el puente ferroviario sobre el río Tay, llevándose consigo al tren
nocturno procedente de Edimburgo junto con los 72 pasajeros y 3 operarios que
iban a bordo, para muchos un mal augurio. A esta desventurada coincidencia la
siguieron dos incendios en 1897 y 1922, más una explosión en 1903 que casi la
destruye por completo.
La destilería se encuentra muy cerca al cementerio de Rothes, que data de tiempos muy antiguos, esta proximidad ha hecho aflorar numerosas historias de fantasmas, una de las más difundidas es la del fantasma de Lady Mary Leslie, conocida como la Rosa de Rothes, hija del conde de Rothes, se dice no había mujer más bella que ella en toda Escocia. Según cuenta la leyenda, Lady Mary era pretendida por Alexander Stewart, el Lobo de Badenoch, tristemente célebre por incendiar la catedral de Elgin y supuestamente, por tener pactos con el diablo; pero la hermosa doncella estaba enamorada de Malcolm Grant de Arndilly, el apuesto y hábil sobrino del obispo de Moray.
El Lobo de Badenoch estaba acostumbrado a obtener lo que quería así que ordenó a uno de sus lugartenientes, un siniestro enano con el remoquete del halcón, que acabara con la vida de su rival. Todo se fraguó una tarde en la que la pareja de enamorados paseaba por el sendero que bordea el arroyo de Rothes, mientras descansaban y admiraban la belleza del lugar en las inmediaciones de un pozo de agua, el halcón los sorprendió atacando con una daga a Malcolm, Lady Mary intentó proteger al amor de su vida y recibió accidentalmente una puñada mortal. Al ser encontrados a la mañana siguiente, un arbusto había crecido en el transcurso de la noche y cubría los cuerpos de los amantes. Durante muchos años, el arbusto floreció en el aniversario de la muerte de la pareja. A partir de entonces, el pozo pasó de llamarse Toprun Well a Lady´s Well. Se dice que el fantasma de Lady Mary Leslie ronda el pozo hasta el día de hoy. Ese pozo se utiliza como fuente de agua de Glenrothes.
Biawa "Byeway" Makalanga - unfiltered.smws.com
El otro gran relato metafísico asociado a Glenrothes es el
de Biawa “Byeway” Makalanga. Su historia es la de un niño africano huérfano que
fue encontrado abandonado por el Mayor James Grant, propietario de la destilería
Glen Grant, durante una de sus correrías de caza por África. El Mayor Grant trajo
al niño consigo a Escocia, lo educó y lo tuvo como su asistente personal. Biawa
se convirtió en un héroe de guerra durante la primera guerra mundial y fue galardonado
con la Medalla de Guerra Británica y la Medalla Victoria. Al lado del Mayor
Grant cumplió variadas funciones en la destilería Glent Grant. A su muerte, en
1972, Biawa fue enterrado en el cementerio cercano a Glenrothes. En 1980, esta última
fue ampliada, pero parecía haber algún problema con los alambiques porque el
whisky que destilaban no era bueno. Fue entonces cuando el Biawa del más allá
comenzó a ser visto por los trabajadores de Glenrothes.
En 1981, pasado un año desde el inicio de las apariciones de Biawa, las autoridades locales decidieron tomar cartas en el asunto y llamaron al profesor de farmacología de la University College de Dublin, Cedric Wilson, quien tenía interés por las actividades paranormales, para que investigara científicamente los supuestos avistamientos. Después de hacer un recorrido por la Destilería, el profesor Wilson cruzó la calle hasta el cementerio en donde pasó toda la noche en la tumba de Biawa, a la mañana siguiente regresó a Glenrothes con un mensaje de ultratumba enviado por este último en el que indicaba que el problema con la producción del whisky radicaba en que algunos de los alambiques estaban desalineados, se hizo una inspección técnica y se comprobó que lo dicho por el fantasma era cierto.
Después de alinear los alambiques, el fantasma de Biawa
dejó de aparecer, sin embargo, desde entonces, en la destilería se realiza un
brindis muy especial “A spirit for the spirit” un brindis por el fantasma antes
de cada degustación.
Unos whiskycitos para celebrar la vida,
¡Slainte Mhath!
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